Un viejo sueño le dio forma al caballo. Cinco mil años de travesía. Trote, galope por llanos y valles. Un ocre sonido se pegó a sus grupas. Lo miramos pasar con la V de la victoria con aire de cuchillo. Una victoria alta y triste como la malva silvestre. Sé bien que mi sueño de caballo no tiene espuelas, ni bridas. Las pesuñas resuenan como un campanario llamando a duelo.
¿Qué victoria crece con la V cuando las catedrales desalojaron los montes?
Los días se cuentan con los ademanes de su grupa.
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