miércoles, 28 de octubre de 2009

Los Caprichos

El trabajo del creador es íntimo y múltiple. Íntimo, porque el drama de los silencios habituales solo se pueden vivir a solas. Múltiple, porque las presencias que habitan el silencio quieren tener su propia vida. Y es ésta vida la que el creador reclama y el capricho esconde.

El Capricho en el arte es un trance; una reserva, un lujoso festín de caminos frescos. El Capricho no es una necedad: es una obstinación de ensayar con otros ojos, con otras manos las mismas formas que lo atrapan. En una arboleda que atesora un paraíso que nace víctima del arrojo. Maleza hostil al arrepentimiento, porque no hay verdadero creador que no pruebe y se pruebe en la libertad.

"El Sueño de la Razón produce Monstruos" nos dice Goya en sus "Caprichos". Pero, ¿qué sueño es éste, navaja invisible capaz de sangrar la dura roca?. No es el sueño del que duerme y se descalza. Es el sueño atento a las imágenes que se deslizan en un beso infinito.

Todo artista alimenta sus propios fantasmas. Sufre la fascinación de la otra mitad de su conciencia. A veces, engendra monstruos; distorsiones grotescas que lo apremian; bofetadas fieras a ese mundo descarnado que lo enjaula. Otras, el artista se mira los párpados, intuye lo que hay detrás de las estrellas; quiere quemar el fuego, poblar el alma o simplemente perpetuar el silencio.
Goya empezó con éste sueño, sus contemporáneos de éste tiempo lo reviven.

El Capricho también es un deseo insatisfecho. Luciérnaga de los sentidos. Rival de la monotonía. El Capricho demanda la aventura. Desborda la materia, sus caminos; danza por los ojos, entre los dedos, las formas, los colores. Es un grito preciso en el aire, como si las manecillas de un reloj marcaran las horas del delirio. No hay pausas, porque la pasión se irrita.

Cruzar el umbral es el reto. No importa con que trabaje el artista: oleo, acrílico, bronce, son herramientas del parto que se agita.

En la creación, no es la espada lo que brilla, ni la tierra que pisas lo que importa, sino el latido inmóvil del misterio, porque al fin de cuentas, el Capricho es el íntimo y lúcido rapto de un oficio.*
Sergio Astorga.

*Capitulo Caprichos Ayer Hoy y Mañana, Presencias de Arte Mexicano, Fomento Cultural México.

Acuarela/papel 15 x 30 cm.

15 comentarios:

Silvia Giordano dijo...

"El Capricho no es una necedad: es una obstinación de ensayar con otros ojos, con otras manos las mismas formas que lo atrapan..."
Agrego, que sin el capricho, muchos artistas perderían la sublime posibilidad de crear. Entra dentro del capricho la necesidad de plasmar con pinceles o palabras lo que la vida nos muestra y que de la única forma en que podemos mantener esa impronta vivencial con nosotros es por medio de la creación.
Excelente pintura y texto excepcional.
Besos!

Gemma dijo...

"En la creación, no es la espada lo que brilla, ni la tierra que pisas lo que importa, sino el latido inmóvil del misterio, porque al fin de cuentas, el Capricho es el íntimo y lúcido rapto de un oficio".

Qué texto bellísimo. Tras el arrojo, está la búsqueda que da siempre sentido; a veces, desemboca en el feliz hallazgo; otras, en cambio, representa sólo un empeño infructuoso, un paso previo aunque necesario.
Un beso
PS: Me encanta esa Mafaldita que colgaste ahí al lado... ;-)

Alejandro dijo...

Me interesó lo de cerrar los párpados e intuir lo que hay detrás ,quemar el fuego, poblar el alma o simplemente perpetuar el silencio.
Ojalá pasemos el umbral, en todo caso yo aún en el quicio.
Saludos.

ANTONIO SERRANO CUETO dijo...

Hermosa reflexión de artista y poeta. Un abrazo.

Sergio Astorga dijo...

Silvia, hormigas afanosas, bullicio minucioso entre minutos, desde ayer traigo este poema entre las cejas: Hormigas de López Velarde “…a la invicta belleza que salva y que enamora, /responde, en la embriaguez de la encantada hora,/un encono de hormigas en mis venas voraces.”
Cuando escribí este texto tenia las imágenes de este poema y ahora, curiosa asonancia, vuelve contundente a mi memoria.
Aunque la finalidad de los Caprichos era hablar de la pintura bien puede reflejar algunos aspectos de la creación literaria.

Tu comentario generoso me consuela y anima.

Un abrazo necesario.
Sergio Astorga

Lola Mariné dijo...

Interesante reflexión que demuestra amor al arte, que no sé si es un acto intimo, pero sí solitario.
Saludos.

Sergio Astorga dijo...

Mega Gemma Malabar, ¿recuerdas a Antonio Machado? “dejar mi verso quisiera como el capitán su espada, famosa por la mano viril que la blandiera, no por el docto oficio de forjador preciada”. Siempre he tenido presente estos versos, me parecen no solamente sonoros, sino que aluden a una ética creativa, si me permites el exceso, en tiempos de Machado la profusión retorica malgastaba un oficio, ahora creo, atesorar un oficio es un hallazgo que nos permite volver a la lucidez.
Como bien dices, la diferencia es de hilo fino, un oficio puede hábilmente reproducir, mas un acto creativo siempre es un misterio porque lo alimentan múltiples tentativas malogradas.

Esa Mafalda, que ha salido del exilio para poner en su lugar a ese Primer Ministro italiano y a todos los excelentísimos barbaros que desafortunadamente no topamos todos los días, me tiene muy contento y espero que muchos podamos coincidir con la irreverente y lucida Mafalda.

Un abrazo cantábile.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Alejandro, ¿Qué Dios de viento te ha tenido lejano? ¿Qué rumor errante te ha inmovilizado en el silencio? ¿Qué negras transparencias han detenido tus manos? ¿Qué raíz ha dejado tu tambor tumbado? ¿Qué caracoles han resuelto tu destino?

Hay un gavilán por el vidrio roto y te doy con alergia la bienvenida, ha tiempo que un agujero chamuscado no me dejaba recibir tus palabras.

Todos estamos en el quicio, unos tienen escamas, otros, alas, otros fauces y todos andamos sin luna solitarios dando fiestas en casas erradas y un manojo de geranios está en la escalera. ¿Tú sabes si hay que subirla o bajarla? Yo no lo sé, yo trabajo como jardinero a ver si alguna semilla florece.

Tal vez no hay jardín ni geranios ni escalera y solo hay una arruga en el piso y tenemos que escavar para encontrar otra luz en la escritura.

Un abrazo para que los dioses te sean gratos, esos, los de la otra calle.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Antonio, reflexionar con los ojos a la deriva tiene el privilegio de la aventura. El tiempo no es largo cuando te quedas en el instante o en el rapto.

Sé que son exclamaciones que se disipan, no importan que ya estén publicadas.

Deliberemos ahora que se anidan las melodías en la casa vacía.

Un abrazo reflexionado.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Lola Mariné, los amantes andan solos y no oyen llover, se beben a solas y un vaho erótico errante busca otra lluvia en cuarto vecino.

Estamos solos en la misma página.

Un abrazo errabundo.
Sergio Astorga.

Triana dijo...

Un capricho es pasear por el lugar donde se dice que Goya creó los suyos, "La Quinta del Sordo", unos bellisímos jardines situados en la Alameda de Osuna, muy cerquita del pueblo de Barajas en Madrid, alguna vez paseando por ellos, yo que debo ser mmuy sugestionable creí sentir sus pisadas y la parte de su espiritu que hubiera o hubiese permanecido en ellos, pero ni Goya ni tu sois un capricho, si no, una necesidad. ¡Que bonito escribes "jodido"!.
Un abrazo de todos los colores.

Alicia dijo...

Me quedo con "Cruzar el umbral es el reto".
En mi opinión, una persona se convierte en un artista cuándo, tras contemplar su obra, consigue que yo traspase el umbral desde la curiosidad a la sensación.
Eso me pasa cuando disfrto de tus trabajos. Gracias.
Y va llegando noviembre...
Un abrazo

Maribel Romero dijo...

Interesante apreciación sobre el momento creativo, el arte y sus caprichos o los caprichos del artista. Sufrir la fascinación de la otra mitad de la conciencia requiere, a veces, una desintoxicación de monstruos.
Me ha gustado la reflexión.
Un abrazo de capricho.

Maribel Romero dijo...

Se me olvidó decir que me encapriché de la acuarela.
Otro abrazo.

Librería de Mujeres Canarias dijo...

"El sueño atento a las imágenes..." ¡Pero mira que eres bueno! Preciosa reflexión. Bellísima acuarela. Buenas noches, señor artista.