martes, 21 de junio de 2011

Marino amor

En la piedra marina la pisada del agua latitud norte. La foca y la morsa zampaban sus miradas de sal como náufragos. El frío masculino se extendía al fondo del mar y los peces asustados dieron la vuelta a sus escamas y brillaron al sol con saña. Las medusas se zambullían al roce.
La foca hundía su mordedura por el cuerpo de la morsa entre algas marrones. La costa era lejana y el faro inútil al medio día, esperaba las sombras para recuperar el tacto. Las perpetuas olas sonaban a trenes submarinos y la espuma encadenaba la blancura en la orilla.
El océano y el viento silbaban el marino amor sacudiendo entre las mentes: el cristal veleidoso de los géneros.

Ya sin timón, cuando el marino amor prospera, en la arena se dibuja un mapa, por ventura, que marca para otros marinos la manera de encallar el desencanto.
Sergio Astorga

Acuarela/papel 14 x 19 cm.

20 comentarios:

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Tremendo desenlace ese de encallar el desencanto, quienes hemos encallado en costas ajenas entendemos la marinería.
Un abrazo salado,
Izaskun

Sergio Astorga dijo...

Mi querida isleña Izaskun, que viene siendo hora de navegar y cruzar el oceano. Sabemos que llevamos el arpón clavado, que ya lo dice Serrat "si te toca llorar es mejor frente al mar"
Las palabras encallan y encantan por eso a navegar que ya las ínfulas de vela nos animan.

Abrazo como de pez espada.
Sergio Astorga

Freia dijo...

¡Quién pudiera hacer encallar el desencanto, mi querido abarrotero! El peligro de naufragio sería menor, sin duda.
Me gusta ese azul y verde de agua. Últimamente añoro esos colores y su profundidad. O puede que quizá y solamente me reconozca en esa foca.

Un abrazo de sal, mi querido abarrotero.

Sergio Astorga dijo...

Condesa, hablando de ultramarinos, este abarrote encalla y naufraga en su diminuta pesera.

Encallar el desencanto es tan frágil y variable como los humores de Ehecatl.

He leído su Variación y siento su melancolía llena de blue.
Como quisiera... si yo pudiera...

Abrazo mar adentro.
Sergio Astorga

Freia dijo...

Frágil y variable, pero el dios hermoso se deja peinar de tanto en tanto.

Los abarrotes no naufragan ni encallan mientras sus clientes sigan acudiendo fielmente a disfrutar los colores o arrumbarse con usa idas bajo el mostrador.

Abrazo nocturno

Freia dijo...

Usa idas, no. suavidad, suavidad

Alicia Uriarte dijo...

Encallada en mi costa, pero intentando no sucumbir al desencanto, disfruto de como "La espuma encadena la blancura en la orilla". Me han encantado esa morsa y esa foca. Sin embargo también me gusta mucho ese toro azul, que dicen que existe, arremetiendo contra la orilla del mar.

http://www.youtube.com/watch?v=bznB_npZ31k&feature=related

Un abrazo.

Juan Enrique Vicuña dijo...

Encontré este sitio a través de Isabel Barceló. Lo encontré muy interesante y quisiera seguir leyéndolo. Saludos.

María Eugenia Mendoza dijo...

Me encanta la acuarela, me encanta tu poesía y las promesas que encierran imagen y palabras.
Que al navegar los faros no sean inútiles, los mapas lleven a un feliz destino y viajen ligeros, sin el lastre del desencanto.
Un abrazo, querido Sergio.

Sergio Astorga dijo...

Condesa, seguimos con la cortina levantada esperando los nuevos productos para retacar las estanterías y poder ofrecerle a mi estimable clientela porcelana china de la dinastía Ming, rabosos de bolita, aperos de labranza, chamanes de Nayarit, sombreros Tepehuanos, turquesa de Cochiti Pueblo, queso menonita, máscaras de Guerrero, chocolate de Oaxaca, chorizos verdes de Toluca, canastas de mimbre de Tequisquiapan, Querétaro -tan de moda en estos días- y toda el surtido en textos y dibujos perecederos.

Gracias por su deferencia.

Un abrazo con el delantal bien puesto.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Condesa, made in USA? oh yea.
Hugs.

Sergio Astorga dijo...

Alicia, un titipuchal de tiempo que no encallaba en Marisol. Gracias.
Esta pequeña acuarela tiene su historia de amor propia. Esta que miras es la segunda versión, la primera la adquirió un matrimonio de la Argentina que vive en los Álamos.
Los azules y su difícil combinación.

Un abrazo que llegue a buen puerto.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Xixe, bienvenido al Antojo y si vienes navegando desde la Romana de la gran Isabel amiga, déjeme ofrecerte este vino rojo para apagar tu sed de viaje.

Estas en tu casa y estoy atento a tus demandas.

Abrazos de llegada.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

María Eugenia, siempre tan gentil y cálida. Me das una bocanada de aire fresco y bienhechor.
Tiremos un poco de lastre para que no desguace la nave.

Abrazos enfocados.
Sergio Astorga

Blanca Miosi dijo...

Muy lindo, sergio,

Besos!

Martine dijo...

Mucho tiempo sin comentar, que no leerte, Sergio..
El desencanto encalla pero al capricho de las olas emerge una y otra vez.. hasta que un oleaje mucho más fuerte no sólo lo encalla sinó que lo sepulta para siempre más..

Besos azul marino, Sergio

PIZARR dijo...

Gracias por esa visita tan rápida a mis sueños. Poco a poco me voy poniendo al día en el mundo de los blog y entre tantos necesito dedicar un buen tiempo a este tuyo que veo que sigue derrochando arte en pinceles y letras.

Un fuerte abrazo Sergio

Sergio Astorga dijo...

Blanca, disculpa la tardanza con eso de que andamos con humo en los ojos.
Gracias por tu visita.

Abrazos ya sin humo.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Martine, gracias por decirme que estas aunque no te vea. Es una sensación muy placentera por ambigua. Entre azul y buenas noches, que espanta la certeza de la sepultura marina.
Disculpa la tardanza, andamos buscando la orilla bienhechora.

Abrazos por mar.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Pizarr, que levanto la mano en signo de saludo desde esta otra orilla. Bienvenida siempre sabes que mi abrazo está listo cuando lo necesites.

El bonsái florece la sonrisa gana.

Abrazos de flor de loto.
Sergio Astorga