martes, 11 de febrero de 2020

Libre pensador


Solitario, aferrado al frío de ser hombre. Predador y popular no hubo trabajo que no intentara, compitiendo con los caballos, con los burros; con los otros hombres y con la debilidad del ofendido se cubrió las cicatrices de la espalda. Al fin mortal, le salió al paso una justicia que no creyó porque era de la misma especie. La vida le sabia a yugo y no se enteró de las póstumas palabras que le mostraban la salida. Armado hasta la frente por las buenas, retrocedió en su odio y quiso aguzar el oido. 
Los muertos son inmortales, por eso, si tu te sientes mortal será porque que la pólvora es colectiva. Si has salido, te digo, y tienes un diámetro de vida, cuéntale a otro lo que pasa. Es urgente.

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