Una verbena de números primos lo vio nacer en una ecuación de cáscara de limón y de agua de Seltz. Siempre se moja los labios y despeja incógnitas de segundo grado. En los pupitres de los colegios les roba el almuerzo a los niños y se roba las canicas. Sin embargo, ese laberinto numérico le envenena la paciencia y quiere aprender a leer palabras que le digan de que se trata este teatro en el que vive.
SANTA POLA
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Hemos perdido la capacidad de no hacer nada y de deleitarnos con la simple
observación. Las vacaciones se han convertido en un estresante periodo de
mal...
Hace 1 día.
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