martes, 25 de abril de 2023

Una C a la vista

 


La C, se le clavó entre los ojos. Nunca un sicario tuvo tanto cacumen para roer los nervios del ojo. No pudo pronunciar la palabra claveles, una famélica oratoria le impuso abotonarse la misma camisa que ya no le cabe de tan lavada. 

Llora y se emociona tal vez la D, tenga una metafísica diversa que no contenga el caño como destino.

Honremos a las ventanas que detiene a los huracanes con acento llano.

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