lunes, 21 de octubre de 2013

Llegaste lejos


Tú que llegaste de lejos. De la ciudad, de donde las calles se gritan las unas a las otras. De donde las sombras huyen al lomo de las luces de halógeno. Dime dónde te encuentro que estoy extraviado, zigzagueando entre los charcos y los vapores de alcantarilla. Son desteñidas esas gotas que escurren de los vidrios. Los colores son devorados sin dejar rastro. Da pura lastima estar con estas visiones. Dime dónde te has metido. Aquí el amanecer es una mancha difusa. Aquí te falta el aire. Por teléfono me dijiste que estarías esperándome. No te veo. Ya tengo un sudor seco y no te encuentro. Ese lejos lo estoy sintiendo ahora. No debí de creerte pero me atrapaste con esa voz que se me metía hasta dentro, aquí, debajo de la camisa todavía tengo la impresión que me causaste. No me quejo, pero hubo engaño. Pienso que estoy en ese lejos de tu mentira. No te entiendo, juraste que no habías encontrado un hombre que de verdad acreditara en ti. Debí de haber gritado, no dejarte partir. Pero esa manera de convencer con esa palidez de virgen portentosa, recogido el pelo y esa cinta morada alrededor de tu cabeza. Y tu pañuelo húmedo de perfume. Me enloquecía. Lo sabias por eso me regalaste ocho que guarde en una caja que abro cada vez que me siento desfallecer. Sigo escarbando tu imagen y me duelen los huesos. Dime adónde te has metido que ya me punzan los ojos.

Escucho como da vuelta la llave. Al verte llegar te digo:


“Tienes los ojos verdes como las ranas. Por eso te quiero tanto”

Sergio Astorga
Acuarela/ papel 20 x 30 cm.

2 comentarios:

Alicia Uriarte dijo...

Sergio, esos miedos por perder al ser más querido acaso sean una muestra de la inseguridad de que nos amen de la misma forma y con la misma intensidad.

Un abrazo.

Sergio Astorga dijo...

Alicia, una vez más has dado en el clavo, como decimos de manera coloquial. La intensidad de los fantasmas que crea la ausencia en la mente enamorada produce monstruos, aveces devoran otras, reaccionan felizmente.

Abrazo fuerte..