-¿Vienes a casa?
- ¿Tendrás Bacalao y música?
- Todo. También "beberecua".
- ¿Pusiste
nacimiento? ¿Quitaste a la vaca y al buey?
- Los vendí. Por eso tendremos posada.
- Hecho. Yo llevo la piñata.
- Espero que no hayas invitado a la familia de los
abolengo, ni a los sin abrigo. Ya ves que se destruyen uno a uno. Tienen que
pedirse tantas disculpas que no les alcanzará la vida.
- Ni lo pienses. Además son bien aburridos.
- ¿Ya compraste el bacalao?
- Me falta ya poco. Mañana voy al Abarrote por lo que
falta. Tiene un jamón serrano que es una delicia. Voy a comprar unas cervezas y
vino.
-¿Cómo a qué hora?
- A mediodía.
- Yo te acompaño.
- ¿Tienes bengalas? Una posada sin bengalas… La piñata yo
la llevo repleta de fruta.
- Bueno. Entonces nos vemos mañana a las doce en el
Abarrote.
Sergio Astorga
Acuarela/papel
6 comentarios:
¡También yo me sumaría con gusto a ese salida al Abarrote a por el bacalao! Un abrazo muy fuerte, querido amigo, y que tengas felices fiestas.
Pues que si llega el fin del mundo nos pille bien servidos de todo.
Espero que no sea el último abrazo.
Las expectativas de una fiesta no se pueden quedar en eso, hay que ser como el invitado, que necesita asegurarse de que habrá bacalao, música y que no llegarán los aguafiestas.
Voy al Abarrote, a ver si encuentro una pizca de paciencia para enfrentar las discusiones típicas de Navidad.
Un abrazo, querido abarrotero.
Isabel, que ya estamos preparando la posada. Si no se acaba el mundo entes de navidad les cuento. El bacalao es noruego de Noruego, como dicen en la Merced, mercado popular en la Ciudad de México.
Abrazo con aceite de oliva.
Alicia, ya tenemos todo, hasta trompetillas por si el fin es el comienzo.
Abrazos pillados
María Eugenia, bienvenida al abarrote que ya fui a la Sobremesa de María y me encontré con unas tapas, aquí tenemos también y tenemos un arrocito con frijolitos que son para levantar al mundo adolorido.
Tenemos posada. Yo te cuento, que parece que va ver mucho chisme.
Abrazos finitos.
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