- No era él.
- Que sí. Yo lo vi. Montado en su caballo.
- Yo no vi nada.
- Era Gaspar, no tengo dudas. Todavía huele a montura.
- Sueñas. ¿A caso no sabes dónde estas?
- ¡Claro! En Portugal.
- Y no sabes que Gaspar es mal orientado.
- Es verdad.
- En todo caso el que vendría sería Baltasar. Es más cercano y conoce los rumbos.
- Tienes razón. Tal vez me confundí, como no sé a que huelen los elefantes.
- Obvio.
- Pero, parecía caballo.
Fotografía: Estátua de Vímara Peres na cidade do Porto, obra de Salvador Barata Feyo, em 1968