Dicen que la adolescencia es un lujo de occidente. Que todo es un buscar para hallarse. De tal modo, que los ojos que se miran no encuentran su lugar entre su cuerpo.
Con agudeza clara, el tiempo pasa raudo como sabiendo que a cada hora le llegará su nostalgia.
Hay una tristeza vieja, lo confieso, que se hospeda en esa fotografía; en esos trenes que se han ido, como esa gana de buscarse en lo leído.
Sergio Astorga Estación Oriente de trenes, Lisboa, Portugal.