El Señor Turiga tuvo una crianza esmerada lo que le hizo tener un cuerpo fino y maduro, un poco afrutado y su acidez de carácter la combina muy bien con su templanza y el aroma que despide lo hace sentir reposado y pleno de poderes vitales.
Tuvo una infancia tierna hasta llegar a una madurez granate. Tiene la esperanza de convertirse en un Vintage.
Por desgracia se volvió un ser acerbo. El mal tiempo, las desiciones precipitadas en el descorche de sus placeres lo volvieron severo y rijoso. Sin embargo, el vinagre resultante tiene su compensación, el Señor Turiga es un relevante conversador y se afianza con el dicho: “el vino de cepas viejas, calienta hasta las orejas”.
Todos sus amigos que lo queremos afirmamos sin duda alguna que: “el vino malo es mejor que agua buena”
¿ O no?