No espero violar estos deseos tan taciturnos.
No traiciono si escribo mi recuerdo.
Tenía casi trece años de edad cuando conocí al maestro Antonio Alatorre, disertando, platicando, jugando, explicando junto a Juan José Arreola:
Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.
Lope de Vega, entró y no ha vuelto a salir. Antonio Alatorre tampoco.
Yo pensé que no hallara consonante
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto
no hay cosa en los cuartetos que me espante.
Escuchar a estos dos hombre de letras me cautivo, y después los seguí a distancia, como buen abarrotero, que llena su tienda sin conocer personalmente a sus bienhechores.
Por el primer terceto voy entrando
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.
Hoy hay un enorme agujero que no sé como llenar.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.
Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.
Antonio Alatorre, gracias maestro. Ya esta hecho.
Sergio Astorga
Sergio Astorga