La victoria verdadera dicen, no conoce la paz. Con este lema Victor, cuerpo de serpiente, recorría mundo, su mundo. Su corazón verde era casi vegetal, su sueño era biológico y no tenía ese flaco falso cielo azul. La letra V, paciente, comenzó a tener confianza al mirarlo. Hicieron un trato: nunca pronunciarían la V con articulación labiodental, la pedantería los violentaba. Victor, poco a poco se convirtió en una sinuosidad parecida a la letra inicial de su nombre.
Pasarón los años y su lengua viperina creció tanto, que se refugió en una soledad victoriosa. Su corazón tiene ahora el símbolo de la victoria, infelizmente se enteró de que existe la Bomba V-1 (Vergeltungwaff 1) No consigue mudar de cuerpo.
Un bello cuerpo querría, suspira vencido.