sábado, 6 de abril de 2019

Pájaro de cubo azul



Ese pájaro se comió al mundo por sus malas compañías, ¡malhaya! como el joven poeta que  babea  cuando encuentra al endecasílabo coqueteando con la octava real. Así, lo picó y se lo trago. Se instalaba en el umbral del día.  Gorjeaba cifras de planes de vuelo o de canto.  Sabía que sus alas eran fuertes. Ejercitadas en los manuales rigurosos de aterrizaje y despegue. La única prueba que tengo de haberse tragado al mundo, mi mundo, es esta levísima sensación de estar representado en un cubo azul y transparente. 
Creo que soy mala compañía puesto que me siento incómodo. Torpe, ocupado en encontrar la cuadratura. Soy otro y no me reconozco.
Cautivo al cuadrado, ejerzo mi derecho de contarlo. Salve.