viernes, 19 de junio de 2015

Entretela



Como si metiéramos la mano en el bolsillo algunas ventanas tienen el tejido que has dejado caer entre las cosas. Buscar lo que se pierde dentro de casa en la hora inexacta. Los minutos enredan el hilo para engañarnos de nuevo. Todo nos parece alcoba. Nocturno a pleno día para que el erotismo se detenga en el frío del cristal.
En el lecho de la imagen se percibe una herida que no mana sangre y es tan grande el silencio que nuestra ceguera nos espanta.
Dejemos la cortina en su lugar.

Fotografía:Alguna casa en Ponte de Lima, Portugal