lunes, 5 de enero de 2015

Quedaron tres


Apócrifos desde un inicio cabalgaron por Persia donde estudiaron la unción de los símbolos con la realidad. Eran muchos y sus nombres quedaron inscritos en la arena del desierto, por eso han desaparecido. Tan grande fue su erudición, que ya habían previsto que los dones de su pensamiento serían escondidos dentro de los zapatos infantiles. 
Darissa de Ecbatana, dejó escrito que tres Magos llegaron ataviados con la angustia del extravío, anduvieron varios meses siguiendo las estrellas para encontrarse al final del camino con la certeza de que el regreso sería menos fatigoso. En ese trayecto fueron obsequiando a todo los niños que salían a su paso algunas palabras de aliento, dulces, incienso, sándalo y dátiles que los niños agradecían y preguntaban ansioso cuándo regresarían. Ellos, por no desanimar, prometían que al siguiente año regresarían. Como matemáticos acostumbrados a la exactitud, cumplieron su promesa por 12 largos años. A partir de entonces, el mito del eterno retorno alegra las almas inocentes.

La imagen que ustedes miran es el resultado del retrato hablado que la propia Darissa de Ecbatana, recogió de los testigos, que ya adultos y con poca memoria describieron ante sus pacientes oídos. 
El diseño esta remasterizado para su mejor definición.

Acrílico sobre tela.