Las tres tuvieron su gracia. La
primera se dijo hermana de la segunda y la tercera se junto por simpatía a las
otras dos. La segunda tuvo que aceptar su realidad y desde entonces a las tres
se les vio juntas. Eran lindas. Dicen que eran virtuosas. Cantaban canciones
infantiles. Infértiles. Asediadas. Comenzaron a encelarse entre ellas. Deveras
que tuvieron gracia. No hubo remedio que las salvara. El veneno, en tres partes
iguales, fue minando sus cuerpos.
Todos sabían que eran muy unidas por eso las
lloramos sin culpa.