Soñaba con los azules
como si fueran recuerdos
y era el mar envuelto en tules
el que lloraba de celos.
De noche fue consentida
de las hojas de abedules.
De manzana su bebida
y como almohada, las nubes.
Dicen que fue por febrero
cuando le cambio la vida,
un encanto marinero
aceleró la partida.
Por las noches ella prosa
con la sonrisa a babor
y en la ola ella retoza,
tiene derecho de autor.
Vuelen gaviotas al puerto
y digan que Maribel
es la que ofrece el concierto
con notas de cascabel.
Sergio Astorga
Para Magda Díaz Morales
Cuando de letras se trata
hay una voz lapidaria.
De sapiencia se retrata
la apostilla literaria.
Siempre con la puntería
de aligerar el encuentro
nos ahorra los disgustos
de divagar con un texto.
La catrina venenosa,
en ediciones de lujo,
le entregó escrito en prosa
“Los amores del cartujo”
La crítica recibida
no fue lo que ella esperaba
y acabó con la movida
con la certera daga.
Las azucenas del campo
amparan a la analista
ahora que Magda Díaz
en el cielo es jornalista.
Sergio Astorga
Cuando de letras se trata
hay una voz lapidaria.
De sapiencia se retrata
la apostilla literaria.
Siempre con la puntería
de aligerar el encuentro
nos ahorra los disgustos
de divagar con un texto.
La catrina venenosa,
en ediciones de lujo,
le entregó escrito en prosa
“Los amores del cartujo”
La crítica recibida
no fue lo que ella esperaba
y acabó con la movida
con la certera daga.
Las azucenas del campo
amparan a la analista
ahora que Magda Díaz
en el cielo es jornalista.
Sergio Astorga