Con tanta conífera formada
ya los verdes se atragantan verticales.
Los líquenes se adhieren:
músculos madrugadores en la tundra,
y un sol de cráneo grande
duplica todo el día el mismo canto.
Laponia ábrese paso a la carrera
y es dueña del Reno y de la agua
que corre entumecida.
También es dueña de humo
que sube como un tallo,
desnudo, lento y con frío.
No muy lejos el fósil enterrado
y la osamenta del glaciar
del cuaternario.
Aquí en Saariselkä,
un lunes de junio,
se dilatan suspiros polares
por minuto y se sufre
un cansancio cartesiano en la mirada.
Sergio Astorga
ya los verdes se atragantan verticales.
Los líquenes se adhieren:
músculos madrugadores en la tundra,
y un sol de cráneo grande
duplica todo el día el mismo canto.
Laponia ábrese paso a la carrera
y es dueña del Reno y de la agua
que corre entumecida.
También es dueña de humo
que sube como un tallo,
desnudo, lento y con frío.
No muy lejos el fósil enterrado
y la osamenta del glaciar
del cuaternario.
Aquí en Saariselkä,
un lunes de junio,
se dilatan suspiros polares
por minuto y se sufre
un cansancio cartesiano en la mirada.
Sergio Astorga
Tinta China/papel