Pensaron que no llegaba
que la canija calaca
no entraba al abarrote
para apretar el cogote.
Aquí estamos calientitos
para todos los bonitos
que la guadaña filosa
no goza cara piadosa
Ánimas del purgatorio
en el mostrador: jolgorio.
Suenan los huesos blogueros
los que por aquí anduvieron.
Todos con vela encendida,
recuerdan sin cobardía
que el esqueleto y el verso
refieren mismo universo.
Paloma de los abrojos
el alma de los Antojos
vuela ilusa por las redes
para clamar sus mercedes.
Aquí rechinan los sesos
y se murieron los besos
porque la blanca patrona
sigue siendo una cabrona.
Sergio Astorga Tinta/papel