Desde el último cielo el número de ángeles aumentó debido a la deshidratación de sus celestiales cuerpos. El calor ambiente y la indiferencia humana han hecho estragos. Por eso, el blanco y negro domina el paisaje.
Si usted tiene calculadora de nueve dígitos sabrá del peligro de un hacinamiento global. El humor negro hará época en alta voz. Raspen las nubes sino me creen. Las inscripciones permanentes en el firmamento lo dicen, independientemente de nuestro oficio de tinieblas. Es natural que entre cientos de presagios nos den ganas de no hacer caso.
Están avisados lo avezados del Norte y del Sur. Hagamos continente.