Desde un punto cualquiera trazamos una línea. Como la dimensión obedece no a la figura sino al impulso de la mano es entonces que aparece una dirección. Si continuamos ese impulso tendremos un enjambre.
Si el mundo esta hecho de materia, el punto, matriz de la linea, se manifiesta. La luz en el plano es la resultante cuando el fondo es negro. Es fácil intuir que, los símbolos se gestan a partir de esta doble naturaleza. Punto y linea sobre el plano, como quería Kandinsky, una y otra vez hace al mundo representable, y al mostrarse, el panorama de la interpretación es posible.
En las Artes liberales todavía se pueden alanzar patrones armónicos que se enlazan con su reflejo matemático y su coherencia musical. Usted puede demostrar lo contrario si se anima, pluma en mano, a trazar desde un punto cualquiera, una línea.