Son famosas las sombras en tu cabeza. Revuelan por el
cuarto. Esas sombras que te dicen que sigues el mismo camino. El que caminas solitaria.
El que te recorre las piernas. Te tocas la nariz y revientas los recuerdos. Los
bombones de tu pelo, las cintas violetas en tu cintura.
No puedo emplear las manos.Es realmente difícil si lloras. Tómate tu tiempo que el camino no se mueve. Cuando se tranquilicen tus cielos espero que las nubes se empapen de sombra fresca. ¿Quieres probar los melocotones? Cuando tus manos tiemblan no sé qué decir. Hay un poco de amor en este frío. La llama danza en todo lo que te digo. Es difícil distinguir la pertenencia. Nunca significan las palabras lo que quiero. ¿Sabes? Este sueño de formas se pierde cuando tocas la guitarra. Me absorbe la gravedad del sonido. Me conmueve tu Dylan y rebusco tu Carpentier. Los vampiros se cuelgan del valle. Si pudiéramos salir del mundo por un rato. En caída libre. Unos minutos bastan. Esperar el amanecer es lo usual. ¿Si me buscaras? No hay velocidad. Las generaciones no llegan temprano a casa. Honestamente no juguemos a los números porque la vida empieza siempre en cero. Sigo viendo tu cara como en vidas pasadas. Como en toda lírica, tú estas con una flor en la mano. Por algo nuestra diferencia tiene una lengua común y la tibieza es el ancestro más limpio.
Son nutritivas nuestras sombras. Secretos que poco a poco van creciendo de tamaño.
No puedo emplear las manos.Es realmente difícil si lloras. Tómate tu tiempo que el camino no se mueve. Cuando se tranquilicen tus cielos espero que las nubes se empapen de sombra fresca. ¿Quieres probar los melocotones? Cuando tus manos tiemblan no sé qué decir. Hay un poco de amor en este frío. La llama danza en todo lo que te digo. Es difícil distinguir la pertenencia. Nunca significan las palabras lo que quiero. ¿Sabes? Este sueño de formas se pierde cuando tocas la guitarra. Me absorbe la gravedad del sonido. Me conmueve tu Dylan y rebusco tu Carpentier. Los vampiros se cuelgan del valle. Si pudiéramos salir del mundo por un rato. En caída libre. Unos minutos bastan. Esperar el amanecer es lo usual. ¿Si me buscaras? No hay velocidad. Las generaciones no llegan temprano a casa. Honestamente no juguemos a los números porque la vida empieza siempre en cero. Sigo viendo tu cara como en vidas pasadas. Como en toda lírica, tú estas con una flor en la mano. Por algo nuestra diferencia tiene una lengua común y la tibieza es el ancestro más limpio.
Son nutritivas nuestras sombras. Secretos que poco a poco van creciendo de tamaño.
Sergio Astorga
Tinta/papel Egon Schiele