Su carátula se distorsionaba, su redondez se fugaba a lo Dalí. Las muchachas en flor se acomodaban en su tiempo perdido. Algunos muchachos conversaban en la catedral. Todo se veía como el llano en llamas. El sonido y la furia recordaban el rojo y negro de las guerras floridas. Todo daba a entender que los caminos se bifurcaban y todos los nombres tuvieron su región mas transparente.
De repente las manecillas se detuvieron a lo Bovary y un cementerio marino descansa bajo el volcán.
Sergio Astorga Acuarela/papel 20 x 30 cm.