La santa tierra no se cansa, las cabras siguen en la montaña y los zorros se esconden en la cueva. Te canto Pachamama para que los planetas no choquen entre ellos y los abuelos cuenten como les fue debajo de tu tierra.
El hambre tuya es de cosmos y este cansancio es por la falta del humo y alcohol.
En las mañanas te invoco con el moco suelto.
El equilibrio es lo tuyo, y lo mío y lo de todos.
Te canto en voz baja para que escuches.
¿Me oyes?