Una Astorieta es como el pan cocido en horno de leña. Se dora lentamente como los viernes después del beso. En su confrontación de mundos se confunden las sepulturas. Uno vive en el otro y el otro se mofa del otro.
Todos saben que la línea describe, pero aveces un aire metafísico se quema en el mismo horno del pan y la línea se deslinda para que el dialogo deje sus violentas palabras que repulsan la realidad. EL desnudo siempre nos debe los blasones que se perdieron en las repúblicas.
Una Astorieta es altiva, tiene una cintura estrecha y la voluntad del códice. No si si algún tlacuilo sobreviviente quiera fraguar otro tezontle en la obsidiana del día. Por lo pronto, el baile es un disfraz que se quiebra según la pista del danzante.
Astorieta publicada en la Revista Monolito