Yo lo vi todo. No pude hacer nada. Llegó en la tarde con su ropa de trabajo. Se pego al muro mirando hacia nosotros hasta grabar un mueca en los ladrillos.
No lo he vuelto a ver pero cada vez que paso delante del muro no puedo evitar sonreír. No hacen falta detalles. Él era todo un profesional.
Acrílico sobre tela 40 x 50 cm.