Buscar lombrices debajo
de las piedras me acerca
a mi evadida condición
de ave de corral.
Mi pico advierte los poderes del aire
y las llagas que palpa
son de la atmosférica caída.
La fécula de mi vuelo
estuvo en la memoria genital
del primer ángel.
Mi taje de plumas
se guarda como tesoro de batalla.
Todavía recuerdo
la veta sonora de las campanas
y las tersas ramas donde dormitaba.
Asediado por el grano
profané al vértigo
por la rutina del abrigo.
Por la noche angosta,
el aire picotea la puerta del granero.
Mi morada ya es terrestre
y a la aurora la reconozco
como un agujero avaro.
Mil años ha pasando
el aire entre mi cuerpo,
por eso me miras un poco endurecido.
Si subes la torre y miras el vacío,
sabrás lo que es buscar lombrices debajo de las piedras.
Sergio Astorga
Cerámica 9 x 18.5 x 9 cm.