martes, 23 de febrero de 2016

Fulgencio "El futurista"


Para estar en el presente su pensamiento era futurista, es decir, lo que venía era más importante que la necedad del hoy. La verdad, él se aclimató al puede ser de manera tan natural, que no había manera de saber dónde había nacido, ni la fecha, ni el día, ni el año. Siempre pensando en frases de campaña como: “el futuro será de la élite, nunca más la opresión a la sociedad de masas”. Con esa fuerza de voluntad, los tragos amargos que tenía que beber cuando se referían a su persona eran proverbiales. Nombre si tenía: Fulgencio Saldívar. Rara Avis entre tanto título de doctor y maestro, Fulgencio pertenecía, por contradictorio que parezca, a la viva memoria del autodidacta. No gustaba de la unanimidad, por tanto, era disidente acucioso. Ponente aficionado, se dedicó al ensayo, sus libros fueron publicados gracias de una beca entusiasta de sus seguidores, porque Fulgencio, apasionaba a los auditorios. Al cabo del tiempo, al fin futuro, el neoliberalismo, unificó el vocabulario y por tanto el discurso. Entristecido, Fulgencio Saldívar, se negó a ser una franquicia.
Se le mira ahora como si fuera el patriarca de un bienestar que nunca llega, porque al fin de cuentas, ser futurista es cristalizar la buena retórica. Como en el poema del Brindis del Bohemio, busca “robarle inspiración a la tristeza” por eso Fulgencio Saldívar sigue prosando en la esquina de Dr. Balmis y Dr. Barragán, muy cerca del mercado Hidalgo.