El Señor Cutícula es un hombre de mano dura y dedos finos. Aprecia la destreza manual y la habilidad de hilvanar palabras concretas, formas, o simplemente la intuición de construir materia con las manos. Es un hombre de concepto, no sólo de manualidades. Por desgracia, desde muy pequeño le hincaron la uña y las secuelas no se hicieron esperar a lo largo de su vida. Múltiples oficios, desde panadero hasta dibujante de proyectos de ingeniería pasaron por su manos.
Pero esa uña enterrada nunca la ha podido sacar. Entre más intentaba se hundía más y más. No es cuestión de cosmética. La uña del desencanto no es cosa para burlarse.
Por fortuna, al Señor Cutícula no le tiembla el pulso. Ha decidido tocar la flauta y tal vez, por encanto, vuelva a encantarse del mundo que lo vio nacer.
Que le sea oportuno.