Después de estas higiénicas actividades les cuento que nunca en estas tierras fue vista tal algarabía de estómagos y pupilas luminosas, atracándose de sabrosas viandas.
La ciudad de Los Álamos, hace unos días cumplió 60 años de su fundación, sí, en tierras prehistóricas, sólo 60 años. Como saben la ciudad se gestó al unísono del proyecto Manhattan de explosivos y carniceros resultados. Con independencia al desarrollo científico y tecnológico que tuvo desde su origen, Los Álamos fue y es, un panal de mentes y ciudadanías, formas y hábitos de todo el mundo conviven desde su inicio. De ahí la relevancia de éste primer encuentro de sabores.
Les platico como comenzó el proyecto: una buena mañana -y era buena: luminoso sol calentando el viento sonoro que bajaba de la montaña- Cindy Eaton, nuestra profesora de inglés del programa para adultos en la Universidad de Nuevo México Campus los Álamos (las clases son gratis, sí, !free!) nos preguntó si queríamos hacer algo en el verano y entre dimes y diretes surgió la idea de hacer un encuentro gastronómico. Elba y este abarrotero, acostumbrados a soñar sin que nos paguen, comenzamos a animar el cotarro. Elba Reyes es mexicana, oriunda del Estado de Oaxaca, Diseñadora Industrial y Gráfica de profesión, casada con varón, nacido en Colombia, nacionalizado mexicano, egresado de la UNAM y que realiza un post-doctorado en el LANL (Laboratorio Nacional de los Álamos). Comenzaron sin pudor las sugerencias: porque no hacemos un platillo por país, que tal si rifamos un cuadro para motivar; que tal si hacemos un pequeño libro de recetas, que tal si ponemos música de los países participantes; qué tal si con el logotipo lo imprimimos en un delantal, que tal si hacemos dos muñecos que estén a la entrada invitando. Cindy apuntaba en su cuaderno, ¿para cuantas personas seria la comida? Cindy responde, yo creo que mínimo cien, ¿Cien? ¿Hacer comida para cien personas? Se asusta la coreana que al final de cuentas no participo, a coro contestamos que sería una probadita, un “taste”. Sin tomar en cuenta los temores seguimos en el ensueño. Teníamos dos opciones: el Senior Center (Casa Hogar) o el Fuller Lodge faltaba el día y la hora, se acordó cobrar la entrada y todo lo ganado serviría para donarlo a una institución. Con esas vaguedades terminó la clase (martes de 9 a 11 am) pensamos que todo quedaría en un ejercicio de buenos propósitos. Por la tarde noche recibo un correo electrónico de Cindy que la Universidad quedó encantada y que el Fuller Lodge también y que se realizaría en la sala principal el 13 de junio, faltando la hora por decidir.
En la siguiente clase (jueves, mismo horario) nos enteramos que el Council (concejo de gobierno de los Álamos) fascinado con la idea había donado 1 500 dólares para gastos. Por lo tanto los gastos de la comida estaban resueltos y sólo faltaba saber cuántas personas participarían en esta sabrosa actividad. Elba quedó encargada de realizar el logotipo, la invitación y el libro de recetas, y éste abarrotero realizar el cuadro de donación y que al final fue subastado (acuarela políptico) dos muñecos para las entrada, música de los países, independientemente de ayudar en la elaboración y atención de puesto de comida respectivo a tu país. Tuvimos que hacer una pausa de dos semanas (estamos hablando que todo comenzó el 12 de mayo) porque Cindy tenía que hacer un viaje a Alaska, Elba a Illinois y éste abarrote tenía que ir y regresar de knoxville, Tennessee.
Al regreso la incertidumbre se alzaba como regenta inapelable, sólo teníamos la participación de cinco países confirmados y la noticia de que tendríamos Elba y este abarrotero una entrevista en el Álamos Monitor, periódico local para difundir el acontecimiento y el inconveniente de que hacer un anuncio con el logotipo y las fechas del evento de 120 cm. X 200 cm. impreso y a color, para colgarlo en el puente peatonal de Daimond Road, costaba 300 dólares, lo que mermaba nuestro presupuesto; este abarrote tenia manta de algodón en rollo para futuros cuadros en acrílico, así que terminamos haciendo la manta en esta su casa de Alabama Ave.
Poco a poco se fueron uniendo países y patrocinadores. El único centro comercial de los Álamos (Smith’s) donó el 50% en la compra de todos los alimentos que fueran necesarios para la elaboración de los platillos, restaurantes prestaron manteles, mesas para calentar, cucharas, platos, café. Toda la comunidad que fue requerida participo gustosamente.
La ciudad de Los Álamos, hace unos días cumplió 60 años de su fundación, sí, en tierras prehistóricas, sólo 60 años. Como saben la ciudad se gestó al unísono del proyecto Manhattan de explosivos y carniceros resultados. Con independencia al desarrollo científico y tecnológico que tuvo desde su origen, Los Álamos fue y es, un panal de mentes y ciudadanías, formas y hábitos de todo el mundo conviven desde su inicio. De ahí la relevancia de éste primer encuentro de sabores.
Les platico como comenzó el proyecto: una buena mañana -y era buena: luminoso sol calentando el viento sonoro que bajaba de la montaña- Cindy Eaton, nuestra profesora de inglés del programa para adultos en la Universidad de Nuevo México Campus los Álamos (las clases son gratis, sí, !free!) nos preguntó si queríamos hacer algo en el verano y entre dimes y diretes surgió la idea de hacer un encuentro gastronómico. Elba y este abarrotero, acostumbrados a soñar sin que nos paguen, comenzamos a animar el cotarro. Elba Reyes es mexicana, oriunda del Estado de Oaxaca, Diseñadora Industrial y Gráfica de profesión, casada con varón, nacido en Colombia, nacionalizado mexicano, egresado de la UNAM y que realiza un post-doctorado en el LANL (Laboratorio Nacional de los Álamos). Comenzaron sin pudor las sugerencias: porque no hacemos un platillo por país, que tal si rifamos un cuadro para motivar; que tal si hacemos un pequeño libro de recetas, que tal si ponemos música de los países participantes; qué tal si con el logotipo lo imprimimos en un delantal, que tal si hacemos dos muñecos que estén a la entrada invitando. Cindy apuntaba en su cuaderno, ¿para cuantas personas seria la comida? Cindy responde, yo creo que mínimo cien, ¿Cien? ¿Hacer comida para cien personas? Se asusta la coreana que al final de cuentas no participo, a coro contestamos que sería una probadita, un “taste”. Sin tomar en cuenta los temores seguimos en el ensueño. Teníamos dos opciones: el Senior Center (Casa Hogar) o el Fuller Lodge faltaba el día y la hora, se acordó cobrar la entrada y todo lo ganado serviría para donarlo a una institución. Con esas vaguedades terminó la clase (martes de 9 a 11 am) pensamos que todo quedaría en un ejercicio de buenos propósitos. Por la tarde noche recibo un correo electrónico de Cindy que la Universidad quedó encantada y que el Fuller Lodge también y que se realizaría en la sala principal el 13 de junio, faltando la hora por decidir.
En la siguiente clase (jueves, mismo horario) nos enteramos que el Council (concejo de gobierno de los Álamos) fascinado con la idea había donado 1 500 dólares para gastos. Por lo tanto los gastos de la comida estaban resueltos y sólo faltaba saber cuántas personas participarían en esta sabrosa actividad. Elba quedó encargada de realizar el logotipo, la invitación y el libro de recetas, y éste abarrotero realizar el cuadro de donación y que al final fue subastado (acuarela políptico) dos muñecos para las entrada, música de los países, independientemente de ayudar en la elaboración y atención de puesto de comida respectivo a tu país. Tuvimos que hacer una pausa de dos semanas (estamos hablando que todo comenzó el 12 de mayo) porque Cindy tenía que hacer un viaje a Alaska, Elba a Illinois y éste abarrote tenía que ir y regresar de knoxville, Tennessee.
Al regreso la incertidumbre se alzaba como regenta inapelable, sólo teníamos la participación de cinco países confirmados y la noticia de que tendríamos Elba y este abarrotero una entrevista en el Álamos Monitor, periódico local para difundir el acontecimiento y el inconveniente de que hacer un anuncio con el logotipo y las fechas del evento de 120 cm. X 200 cm. impreso y a color, para colgarlo en el puente peatonal de Daimond Road, costaba 300 dólares, lo que mermaba nuestro presupuesto; este abarrote tenia manta de algodón en rollo para futuros cuadros en acrílico, así que terminamos haciendo la manta en esta su casa de Alabama Ave.
Poco a poco se fueron uniendo países y patrocinadores. El único centro comercial de los Álamos (Smith’s) donó el 50% en la compra de todos los alimentos que fueran necesarios para la elaboración de los platillos, restaurantes prestaron manteles, mesas para calentar, cucharas, platos, café. Toda la comunidad que fue requerida participo gustosamente.
Al final teníamos un gran menú con 16 países participantes y la esperanza de que no quedáramos con las ollas repletas de comida.
(Si algún Antojadizo o Antojadiza quiere la receta de alguno(os) de los platillos del menú que aparece, con gusto éste abarrote se los envía por correo electrónico)
(Si algún Antojadizo o Antojadiza quiere la receta de alguno(os) de los platillos del menú que aparece, con gusto éste abarrote se los envía por correo electrónico)
El 13 de junio a la una treinta de la tarde empezaron a llegar las viandas con sus respectivas nacionalidades, en la sala principal estaban
distribuidas las mesas y en cada mesas dos países con la comida respectiva. A las dos de la tarde comenzaron a llegar los primeros atónitos habitantes de los Álamos, científicos y no científicos, niños de todos los colores y sabores no acreditaban que por 15 dólares los adultos y 5 dolaritos los niños mayores de 6 años pudieran darse un atracón internacional.
distribuidas las mesas y en cada mesas dos países con la comida respectiva. A las dos de la tarde comenzaron a llegar los primeros atónitos habitantes de los Álamos, científicos y no científicos, niños de todos los colores y sabores no acreditaban que por 15 dólares los adultos y 5 dolaritos los niños mayores de 6 años pudieran darse un atracón internacional.
En la entrada estaba una mesa donde se pagaba, se daba un plato con el menú y a mover el bigote y a resoplar con tanta y variada fiesta de olores y sabores. Por fortuna más de 200 personas desfilaron por las mesas, y las cazuelas, ollas, panelas, platos, platones, platitos, tazas, fueron perdiendo peso conforme avanzaban las sonrisas del buen provecho.
Todo el dinero recaudado por la venta de comida, acuarela, delantales y un pequeño recetario fue donado íntegramente a Relay for Life Los Álamos, (http://www.relayforlife.org/relay/) Sociedad Americana contra el Cáncer. Institución ejemplar cuyos voluntarios colaboraron entusiastamente ayudando el día del Taste, en la entrada, en la subasta del cuadro y en el apoyo en las mesas, preocupados por si faltaban platos, servilletas, agua y por supuesto atentas con el bicarbonato en ristre por eso de cualquier indigestión fuera de programa.
La tarde satisfecha como aquellos angelitos barrigones en los cuadros de la apertura de la Gloria, el primer encuentro de sabores terminaba con una sensación contradictoria: mientras un capitalismo comunitario convivía plácidamente, contrastaba con el capitalismo feroz y los ciento cincuenta años de prisión a Madoff por una estafa de 50 mil millones de dólares.
La tarde satisfecha como aquellos angelitos barrigones en los cuadros de la apertura de la Gloria, el primer encuentro de sabores terminaba con una sensación contradictoria: mientras un capitalismo comunitario convivía plácidamente, contrastaba con el capitalismo feroz y los ciento cincuenta años de prisión a Madoff por una estafa de 50 mil millones de dólares.
Así es el Abarrote.
Sergio Astorga
Sergio Astorga
Acuarela/papel donación Taste 09