Con pocos trazos fueron dibujados. Se hicieron trizas. Unos callaban otros gritaban. No sabían cómo terminar el año. Interpretaban la entrada del invierno. Magdalena, la más sabia, tejió una trenza de ajo y la colgó a la entrada de su casa.
Toda la calle la imitó. Ahora se acabaron los malentendidos y un olor a ajo los envuelve y adormece.
Se vende instructivo de como trenzar.