Los instrumentos de trabajo se resbalan a la pluma y al lápiz para construir la casa, la única casa firme. La navaja, corta las imágenes del mundo y los coloca en la mesa para comer ese pan que nos nutre. El huevo original enseña su yema y fatigado, entre sueños, me cuido de mi mismo.
Si algo hay de nutritivo en los días se encuentra en el ficticio dominio instrumental.