En aquella provincia, cercana de los centros urbanos pero muy lejana de su frenética vida, se construyó con pequeños trozos de papel picado una maquina maravillosa. Sus habitantes, orgullosos de su pasado glorioso de constructores de ingeniosos artefactos, se sentaban los sábados alrededor de ella para descubrir el mas mínimo error. Varias generaciones corroboraron la geometría analítica de los planos, por eso, no tiene explicación el porqué abandonaron a su suerte a mediados de siglo veinte de nuestra era, su provincia.
Los arqueólogos, encontraron los planos sin proponérselo, cuando andaban a la procura de ciertas ruinas de la Cultura Totonaca. Doblada en cuatro partes y metida en un veliz de cuero, los planos daban cuenta de la última modificación.
A la fecha se han realizado dos Congresos. En la última ponencia, rebatida hasta hoy en día, se afirma que se trata de una maquina del tiempo. El problema, al parecer insalvable, corresponde al tipo de material utilizado para su confección. El papel picado es un material perecedero y difícilmente se encontraran vestigios. No obstante, se han aprobado dos bolsas de investigación para financiar la búsqueda.
Mixta/papel