lunes, 26 de enero de 2015

Momentos de humo


Todo va hacia arriba, la ciudad se arrebuja para sentirse altanera. La vista termina en la punta y no prosigue porque la altura marea. Los perfiles tienen vocación esbelta y la fuerza descomunal de pasar con la prisa de un día de trabajo, se detiene en ese preciso lugar: la esquina que se forma entre la R. Sá de Bandeira y la R. de 31 de Janeiro. Amaranta, compraba su tabaco en esa esquina, un mazo rojo con delgados soldaditos dispuestos a incendiarse a la menor provocación. Gustaba cómo el humo se enroscaba en cúpulas, áticos, remates y no le importaba la capa de ozono, ni la relatividad de las opiniones, ni la sucesión presidencial. Ella, Amaranta, chupaba su cigarrillo deleitosamente. 
No se quiere mover, espera a que el humo se disipe en lo alto. Los ojos marchitos; la pasión en la boca, las canas, las arrugas. Amaranta, enciende otro cigarro.

Fotografía: Desde la Estação Ferroviária de Porto-São Bento