Sus vidas estuvieron llenas de mentiras. Mentiras al
padre, al hijo, a la hija, a la madre, a la esposa; a la amante de la esposa
del hermano; a los hijos del hermano con
su madre; a la amante que era la esposa del hermano; a la abuela que no sabia
si defender al hermano o a la amante o a los nietos o a su propio amante; a la
nuera que compartió al hermano de su
esposo con su amante que era la esposa de su hermano. La mentira fue creciendo robusta echando raíces, no dejando crecer ni
flor ni fruto. Hasta que un día el reloj se detuvo y descubrieron que la
pestilencia que los colmaba no era de mentiras.
Azar.
Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm.