- Admito, es un enredo.
- Mal dicho. Es un entrevero.
- Por eso el dialogo apaga su luz.
- Palabras dichas sin pensar son la acidez hecha sonido.
- Que lata.
- Dejémoslo en un lío.
- Liar mi paciencia, contigo.
- Tu sólo te enrollas.
- Me enrolas y tú lo sabes.
- ¿No gustas de parlamentar?
- Me ofuscas. Cada palabra la embadurnas.
- Es la resina de la convivencia. Lo que incendia.
- Sí, pero, tu antes del fuego, humeas.
- Sahumar, eso es lo que hago.
- No te digo. Lo tuyo es hojarasca.
- Señales de vida.
- ¡Ay, que fatuo!
Fotografía: floresta en Ponte de Lima, Portugal.