
Aquí te espero, con el rabo del ojo, con la sangre abultada, esperando tu traición a tiempo, exacta, desteñida por el salitre de tu alfabeto.
La tierra eructa sus geologías; tiempo para golpearnos la frente con nuestro propio limo.
Algunas muchachas traen monedas de cobre en sus bolsos y algunos gatos apuñalan la misma muerte en los tejados.
Aquí te espero, con el tuétano temporal de las heridas, en el ángulo impasible que hace esquina.
Sé que no se puede mezclar el tiempo cuando los insectos caminan extraviados y los rebaños de minutos no caben ya en los libreros.
Cuando el tiempo huele a cementerio, no duerme nadie, ni el olvido se refugia, ni el musgo crece.
Aquí te espero, engordando mi esqueleto a cada hora, hasta que reviente de tanto fermentar el vomito del tiempo.
Con tiempo, todo a su tiempo.
Sergio Astorga
Tinta china 20 x 30 cm.