Sobre la arena, el ojo que abarca como un cetáceo las olas del mar y ella, sumida en sus dudas, olvida que las barcas no regresan al caer la tarde. Son reflejos de luz lo que confunde. Charlas de gaviotas que se pierden por el mismo rumbo, le confirman que la espera no tiene horizonte rescatable. Eso es lo que eres,concluye, una imagen fija que finge moverse con el agua.
Fotografía en la playa de Matosinhos, Portugal.