Esta feliz manera de decir que el abrazo es un combate,
es antigua.
Y en esta plena desnudez se desviste la salvación del amado. Por
eso Chayito, despliegas sus carnes para
encender los veranos que entran por la ventana derritiendo los pudores.
Chayito se desdobla y,al recostarse, no detiene a las
miradas indagadoras. Ella sabe de su reino desde el principio.
¡Desheredados de amor: tomemos cuerpo!
Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm.