El minotauro llegó con dolor de barriga y de los belfos le salía una espuma fétida y viscosa.
De su estómago sacaron hilos que daban para urdir cualquier laberinto que se precie de serlo.
Con dieta blanda, se recupera en una ganadería de reses bravas. Un pienso equilibrado lo mantiene atento a cualquier reclamo mitológico.