- ¿Están todos?
- Faltan los gemelos.
- ¿Ya llegaron los zapateros?.. ¿Los cuchillos?... ¿Los vientos?
- No hay prisa. Bebe un café.
- No me fustiguen. Que me joden todo el día. Fumo porque quiero. Porque el mundo es rojo y voraz.
- Sí, y yo bebo porque tengo sed y nadie me la calma.
- No traigan cadáveres, por favor. Sólo cuerpos vivos, frescos, limpios, sin heridas.
- Yo instigue a varios pero, no creo que vengan.
- Tienen la mirada vacía, por eso no vendrán. Ocupados en sus látigos y furia.
- ¿Ya llegaron los gemelos?
- No, no los veo. Estarán confusos.
- Tener dos infancias ensayadas es una locura.
- Locura la de mi hija. Ingrata, quiere tener su propia voz.
- Castrante, eres castrante.
- ¡A callar todos! que escucho pisadas. Vean quién es.
- Es uno de ellos.
- ¿Quién?
- Uno de los gemelos.
- Trae las tripas en la mano.
- Lo hizo.
- Recojan sus voces y vámonos.
Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm.