Dicen que la plusvalía,
otros que fue pleitesía,
lo cierto es que sus huesos
embargados los tenían.
Por andar de algarabía
se les rompió la alcancía.
Dicen que fue por abril
cuando perdieron perfil.
Yace aquí la blogería
con su sonrisa bruñida,
nos dicen que con la vida
no vale la economía.
Tristeza de ruiseñores
cantan las glorias y hazañas
de los blogueros ufanos.
No metieron ni las manos.
Beso frío el de la muerte,
antojo que no se lleva:
confundir la fruta sana
con la piel de la guadaña.
¡Ay flores de cempasúchil!
¡Veladoras encendidas!
De morado es el huipil
de la red entristecida.
Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 X 30 cm.