Desnuda de mañana la piedra se llena de musgo, como si saliera del baño. Como si su vientre fuera fértil reposa el verde. Bajar por la escalera y ver como se cubre, como respira esta humedad. No importa que el grafito quiera invadir su espacio. La piedra es jadeo. Comida para los insectos en el remanso bajo la alfombra verde del musgo.
La piedra se cubre fría y hace inexorable el chocar del pedernal como un himno para los que se levantan buscando el árbol. La piedra sin edad contrasta con el hambre de luz del sediento.
Descifrar el enigma de la piedra donde comienza el agua ese es el sentido que nos llama.
El verde. El verde.