Una sensación casi física. El peso de los días nos dejan la fatiga cóncava de la espera. El ciclo se repite y las edades futuras nos dejan girando y de una esquina remota, el insomnio dejará esa rosa pagana que tanto buscamos. Entremos al nuevo año sin retórica para no perder esa luna, y esa metáfora agónica de lo humano.
Feliz Año.
Abrazos ulteriores