El Señor Sopa se atragantó con una sopa de espinacas. Nadie en su sano juicio, con este calor, se atreve hacerlo. Es temerario y el Señor Sopa lo sabe por eso siempre busca comer sopas en las condiciones más adversas. La Sopita, su esposa, compañera de sus mejores viandas, condimenta su compañía con un recetario, que ya alcanza las trescientas páginas. Pero ese día, la espinaca estaba correosa, y a la segunda cucharada el Señor Sopa, comenzó a faltarle la respiración. De inmediato La Sopita, se abalanzó y logro sacarle la la alcachofa con los dedos. Tal fue el susto que cambiaron sus hábitos, nuca sus preferencias. Desde ahora, todas las sopas son trituradas: bróculi, zanahoria, acelga, garbanza, son pasadas por la licuadora.
Si ustedes saben la manera de preparar el pollo rostizado, que pueda evitar los huesitos, se agradecería la información, que al Señor Sopa se le ha ocurrido ampliar su horizonte gustativo.