Lascivas enaguas de la noche,
gestos del vacío acumulado,
máscara teatral de los espacios,
lápida de luz al mismo tiempo.
Surges como un pájaro sin alas
envuelto en blancas palabras mudas.
Rotundo horizonte de los negros,
de los silencios perfecta danza.
Tu cuerpo es el punto de partida,
se enajena el pozo con tu mano;
un eco abusivo lo visible
círculo flexible que congela.
Tu rostro sin nombre labra el drama,
no hay fragmentos de nombres ajenos;
se ciñen los otros al instante,
desnudos ladrones sobre el foro.
Tu sangre del ritmo es pensamiento,
reconoce el tacto sus abismos,
estalla el horario si lo nombro,
se quema la imagen si la toco.
gestos del vacío acumulado,
máscara teatral de los espacios,
lápida de luz al mismo tiempo.
Surges como un pájaro sin alas
envuelto en blancas palabras mudas.
Rotundo horizonte de los negros,
de los silencios perfecta danza.
Tu cuerpo es el punto de partida,
se enajena el pozo con tu mano;
un eco abusivo lo visible
círculo flexible que congela.
Tu rostro sin nombre labra el drama,
no hay fragmentos de nombres ajenos;
se ciñen los otros al instante,
desnudos ladrones sobre el foro.
Tu sangre del ritmo es pensamiento,
reconoce el tacto sus abismos,
estalla el horario si lo nombro,
se quema la imagen si la toco.
Sergio Astorga