- ¿Mamá, dónde termina el hombre?
- Detrás de la barda, delante del vicio. Ya lo vivirás, que eso no se evita.
- El mañana esta vacío, me dijo mi profesor.
- ¿Cuál, el del chalequito roído?
- Sì.
- Tiene cara de hartazgo. No le hagas caso. Que no te desoriente.
- ¿Entonces?
- Entonces baila y chupa un limón.
- No entiendo nada.
- Por ahí se empieza. No te impacientes.
- ¿Los morenos tenemos destino?
- Chupa el limón, te digo.