Después de dos horas de caminar por corredores, tocar
vitrinas, intentar leer las etiquetas con la historia de la pieza y buscar el cuarto de baño cada vez que
cambiaban de sala; mamá y niño intentan reconciliarse.
- Rubencito, ven a ver.
- No me digas, Rubencito.
- Ven a ver este.
- ¿Cuál?
- Este de aquí.
- ¿El sarcófago?
- ¿Esto es un sarcófago? … Como se llame. Mira, que padre
esta.
- ¿A ver? Sí, ya
las conozco. Son las musas. Esta de la izquierda es Polimnia, le siguen Euterpe, Talía, Calíope, y Erato. El
fulano de en medio, sepa la bola. Después parece Clío, Terpsícore, Urania y la última es Melpómene.
- ¡Que sorpresa! ¿De dónde conoces a estas señoras? Tu profe de Historia es realmente bueno.
- No es nada. En casa tengo un juego para mi PC. Las Musas
intervienen en la vida de las personas. Son chidas.
- Ven, te invito una hamburguesa.
- Ya era hora. ¿Oye “ma”? En este sarcófago no hay
controles. Ni palancas y no existía el Wi-Fi.
¿Cómo interactuaban con los jugadores?
- Ni idea.
- Tenían que ser muy buzas caperuzas.
Sergio Astorga, fotografía Sarcófago das Musas, mármol s.
III-IV dc. Museu Arqueológico do Carmo, Lisboa.
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*Buzas caperuza en México significa estar atentas. Avispadas para lo que pueda suceder. Vamos: ponerse chango (listo)
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*Buzas caperuza en México significa estar atentas. Avispadas para lo que pueda suceder. Vamos: ponerse chango (listo)