martes, 5 de mayo de 2015

El Señor Manchas


Las voces imprevistas y el rumor de los pasos se pierden al fondo de la calle. Todo lo que el sueño circula y palpa madura en su retina. Nadie puede decir que no tiene una densa manera de ser. Así vive el Señor Manchas. De la furia al sollozo. Desnudo se quema sin contornos y el precio de su nombre nadie lo conoce. De pronto, quisiéramos ver su cara sin esa sordera de rasgos. Pero la voz tampoco sale como si estuviera quebrada de garganta. No hay lugar para la sombra de facciones.
El Señor Manchas tiene un irrefrenable compromiso con el accidente. Es arrojado e imprevisible. Se diría que hay una viveza en su secreto. Su vida es como un lienzo de súbitas aciones. Pulsación, esa es la manera de estar en el mundo.
Cuando estamos ante él, su encarnación misteriosa nos deja sentir nuestra propia forma y atónitos, dejamos el realismo en el guardarropa. 

Dibujo digital